Las trampas de la autoestima y como vencerlas

Las trampas de la autoestima y como vencerlas


Las trampas de la autoestima y como vencerlas

Se habla mucho de la importancia de tener buena 
autoestima y la mayoría de 
personas creen que es una de las llaves 
del éxito y la felicidad. Pero… ¿están en lo cierto? 
La autoestima se relaciona con el grado en que uno se quiere, tiene confianza y seguridad en si mismo, pero una definición más ajustada sería: hacer juicios positivos sobre uno mismo, ya que proviene de la palabra estimar que significa amar, pero también medir. 
No hay duda de que un juicio positivo es algo agradable, pero aquí viene el primer problema: hacemos esos juicios basándonos en ideas y creencias que no son objetivas, son interpretaciones.  Cada uno, sin ser consciente, elabora su lista de atributos para valorarse, aunque no siempre sea cierta. Es lo que creemos, y si nos faltan datos, los imaginamos,… o los buscamos en los padres, la pareja, los amigos,… Pero los atributos bien valorados y la opinión de los demás varían, lo que a uno le parece bien, a otro no, algunas veces nos aprobarán y otras no. No importa lo que hagamos, no es por nosotros, sino por ellos, pero eso puede hacer temblar nuestra autoestima. Y así llegamos al segundo problema: la autoestima es condicional, y está siempre cambiando, según las experiencias que vivimos y la información que almacenamos. 
Si nuestra valoración es mayoritariamente buena, nos sentimos bien y la autoestima es elevada, pero si no,  aumenta el sentimiento de inferioridad, la autocrítica, el temor a fracasar y a ser rechazado, y el deseo de gustar a los demás, porque parece que si otros nos quieren, tenemos permiso para querernos también, pero, todo eso puede provocar que: 
  • Aceptemos tratos injustos de los demás.
  • Tengamos miedo de expresarnos y ser nosotros mismos.
  • Se viva imitando estilos de vida, sin estar de acuerdo.
  • Estemos incómodos con los demás, siempre pendientes de encajar en lo que quieren, aunque sea imposible saberlo…!,
  • Nos sintamos mal con nosotros mismos, por no ser libres y coherentes con nosotros.
  • Nos respetamos y reconocemos que somos valiosos aunque no seamos perfectos.
  • Comprendemos que tenemos capacidades y limitaciones, pero no nos culpamos si cometemos un error.
  • No necesitamos la aprobación de los demás y no nos compararnos con ideales inalcanzables porque no nos juzgamos. 
  1. No te etiquetes. Puedes equivocarte, acertar, tener miedo, sentir alegría,… todo eso es normal, y tener o sentir no es lo mismo que ser. Al no usar etiquetas no te encasillas, eres más flexible, y será más fácil cambiar lo que no te gusta.
  1. Di que te quieres y cuanto más te cueste, más has de decirlo. Tú eres tu principal fuente de amor, porque la aprobación externa, aunque sea agradable, es variable e incontrolable.
  1. Escúchate a ti mismo y haz lo que creas que es correcto para ti, sin pedir la opinión de los demás constantemente, porque es tu vida, no la suya.
  1. Date cuenta de que podemos lograr algo sin confiar demasiado, y podemos no conseguirlo aunque confiemos mucho. No te culpes si no te sientes seguro, y utiliza tu energía para mejorar, en lugar de criticarte y esconder tus límites. 

¿Y qué hacemos? La alternativa a la autoestima es la autoaceptación, que no varía a pesar de lo que suceda a nuestro alrededor, o lo que piensen los demás. Si nos aceptamos:
La autoaceptación es mejor que perseguir una autoestima elevada, pero no es más fácil porque estamos acostumbrados a juzgarlo todo, a pensar en términos de bueno o malo y nos resulta cómodo utilizar las definiciones de los demás sobre lo correcto o incorrecto. Autoaceptarse requiere cuestionar las listas de atributos que hemos elaborado con los años, para decidir amarse sin condiciones, pero puedes conseguirlo. Si no sabes por donde empezar para mejorar tu amor propio y tu autoaceptación, aquí te dejo algunos pasos para lograrlo:
Cuanto más practiques, menos necesitarás juzgarte y más descubrirás la persona maravillosa que eres.

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